domingo, 25 de diciembre de 2016

“El Jumbo” Acosta, una estrella del patinaje que no ha dejado de brillar 


Foto: cortesía

La bandera de Colombia nuevamente se ondeó en lo más alto. Con emoción y alegría fue entonado en veinte oportunidades el Himno Nacional en Nanjing, China, en el Mundial de Patinaje de carreras realizado del 11 al 18 de septiembre.
29 patinadores ratificaron el potencial que Colombia tiene en este deporte, por encima de países como Estados Unidos e Italia. En esta ocasión se adjudicaron un total de 20 medallas de oro, 16 de plata y 9 de bronce, lo que les permitió obtener por séptima vez consecutiva el primer puesto de las justas. Cabe decir, que la delegación colombiana ha quedado campeona en catorce oportunidades.
El departamento de Antioquia ha puesto su cuota en este deporte. A lo largo de los años grandes figuras han demostrado su potencia en las pistas nacionales e internacionales. Algunas ya cumplieron su ciclo, pero se han mantenido vigentes en la memoria de deportistas, periodistas y amantes de este deporte. Tal es el caso de Juan David “El Jumbo” Acosta, quien fue 12 veces campeón, 7 veces subcampeón y en 5 oportunidades ocupó el tercer puesto a nivel mundial.
El escenario testigo de muchas de sus hazañas fue el Patinódromo Guillermo León Botero Naranjo, el cual lleva el nombre de otra gran figura del patinaje, a la que le arrebataron la vida violentamente el primero de diciembre de 1994. Botero fue el ejemplo a seguir de “El Jumbo”, la inspiración de muchos deportistas que quisieron imitar sus pasos. Un grande de las pistas, al que le silenciaron los sueños y el futuro prometedor que apenas estaba empezando a construir.  La pista de carreras fue remodelada y entregada a la ciudadanía el pasado 26 de agosto. Ahora, cuenta con las normas establecidas por la Federación Colombiana de Patinaje. Sus medidas se redujeron de 250 a 200 metros.
A “El Jumbo” le regalaron sus primeros patines a los cinco años. Tuvo la oportunidad de ingresar becado a una escuela de patinaje. Comenzó en el deporte gracias al apoyo de sus padres, quienes siempre estuvieron ahí para respaldarlo. De hecho, lo llevaban a las clases que tenía y también a las canchas de la unidad en la que vivían para que pudiera practicar. Poco a poco se fueron dando las cosas, y en un solo año, logró pasar los niveles que necesitaba para empezar a correr en la categoría novatos.
En el patinaje duró 19 años. Su retiró se dio debido a un tema de salud. En 2001 se vio afectado por un cansancio psicológico, debido a tantos años de entrenamiento duro, así que quiso tomar un receso en el deporte. Dos años después, en noviembre de 2003, decidió volver a las pistas, pero su retiro había traído consigo un aumento de peso significativo. En 2005, y luego de disputar los Juegos Bolivarianos de Armenia, en donde ganó la prueba maratón, sufrió un preinfarto. Su cuerpo fue víctima de una sobrecarga, producto de tanto esfuerzo, y no tuvo más opción que retirarse joven del patinaje, y en un gran nivel, hecho que aún recuerda con un poco de nostalgia.

Foto: cortesía

Hace catorce meses se radicó en la Ceja, Antioquia. Actualmente se encuentra haciendo dos especializaciones, una para ser entrenador deportivo y otra para ser experto en entrenamiento deportivo, con el fin de potenciar los conocimientos que ya tiene, producto de su experiencia.
“Siempre he estudiado, he llevado el tema de la educación a la par del deporte. Tuve oportunidades de beca en el patinaje, en el colegio y en la universidad. Estudié Administración de Empresas. Después ingresé a trabajar en una entidad financiera, en la cual llevo diez años. Y realicé una especialización en Alta Gerencia”, señala.
Su amor por el patinaje sigue intacto. Ha capacitado a diferentes equipos. En este momento entrena a deportistas de Marinilla y La Unión. Además, decidió crear su propio club, el cual lleva su nombre, para seguir incentivando el amor por esta disciplina, un proyecto que ya es un hecho.
“Quiero que sea un club importante, no solo en el Oriente antioqueño, sino también a nivel departamental, nacional. Quiero llevar deportistas a la Selección Colombia y que sean campeones mundiales. Algunas de las características fuertes que me reconocen son: la disciplina, la perseverancia y la humildad, valores que me inculcó mi familia, y con los cuales quiero formar a los futuros deportistas de este país”, manifiesta.
En cuanto a la participación reciente de la delegación colombiana de patinaje Juan David expresa que “Colombia barrió, borró, demostró y sigue demostrando que es una potencia en patinaje. Pero sí hay algo muy importante que tenemos que tener en cuenta los antioqueños y es que nuestra participación en la Selección Colombia ha disminuido de una manera muy notoria, entonces, a ese indicador es al que quiero apuntarle más adelante, para que volvamos a ser uno de los departamentos que coloquemos más deportistas en el seleccionado nacional”.
“El Jumbo” ha ido recuperando poco a poco su condición física. “En el último año logré bajar 17 kilos, eso me ha permitido mejorar mi calidad de vida, e hizo que me animara otra vez a correr, no profesionalmente, pero sí en novatos", expresa. Un hecho que trajo de vuelta a las pistas a un gran velocista y que lo colmó de satisfacción y alegría.
El pasado 30 de julio “El Jumbo” volvió a elevar el vuelo. Esta vez, en la primera Copa Antioquia de patinaje de carreras que se realizó en el municipio de Guarne. Allí, recibió un pequeño homenaje y compitió tras 11 años de su retiro. Un acontecimiento bastante significativo para él y para los amantes de este deporte. Pese al transcurrir del tiempo, el máximo medallista mundial antioqueño, ganó de nuevo  en los 200 y 500 metros y demostró que lo que se aprende no se olvida.
“Dos pruebas que corrí, dos pruebas que gané. No estaba preparado para ganar o hacer un récord de pista, la filosofía era llevarle un mensaje a todas las personas de que se puede hacer deporte a cualquier edad y que hay que cuidar nuestra salud”, puntualiza.
Juan David “El Jumbo” Acosta no tuvo una despedida que oficializara por lo alto su retiro de las pistas, pero será recordado como uno de los mejores patinadores en la historia de este país, gracias a los múltiples triunfos que alcanzó y a la preparación que ahora emprende de los futuros campeones de la máxima potencia del mundo en este deporte.


La vejez: el peso de los años 


Teresa Sánchez tiene 70 años. Nació en Medellín. Nunca tuvo hijos. Tampoco se casó. De hecho solo ha tenido un novio a lo largo de estas siete décadas, Luis Hugo Quiroz, su único amor, al que un accidente de tránsito le arrebató para siempre. Desde ese momento supo que no quería volverse a enamorar, para evitar el sufrimiento que trae consigo la ausencia, la pérdida de un ser amado. Hoy lo recuerda con menos nostalgia que antes, sabe que el pasado quedó atrás y que solo puede mirar hacia adelante y pensar en los años que le quedan.
Vive en una pensión ubicada en el barrio Boston. Debe pagar mensualmente 172.000 pesos por una pieza pequeña. Solo tiene un nochero, una cama y un ropero. El lugar es una casa de una planta. En ella habitan un total de 37 personas, las cuales deben compartir tres baños. La comida debe rebuscársela por su cuenta.
Según la Ley 1276 de 2009 “se consideran personas adultas mayores a mujeres y hombres que tienen 60 años o más. También pueden ser personas mayores de 50 años cuando se encuentran dentro de las poblaciones en riesgo, y sus condiciones de desgaste físico y mental así lo determinen". En Medellín existe una Política Pública de envejecimiento y vejez, producto del Acuerdo número 08 de 2012, el cual tiene como objetivo consolidar una cultura alrededor de la protección de los derechos de esta población.
El  Plan de Desarrollo Medellín cuenta con vos 2016-2019 incluye el Programa: Por un envejecimiento y una vejez digna. En el cual se tienen inicialmente, destinados 115.824 millones de pesos. Según el Departamento Administrativo de Planeación (DAP), en la ciudad hay aproximadamente 2.486.723 habitantes, de los cuales alrededor de 395.767 son adultos mayores. Lo que representa el 15,9% del total de la población.
Teresa ha tenido diferentes trabajos a lo largo de su vida. Laboró por varios años en una empresa de confecciones. Llegó a cuidar niños y hasta hizo arepas. Hace 16 años decidió vender dulces a las afueras de un almacén de cadena ubicado en el barrio Suramericana. Desde entonces, trabaja de lunes a viernes de 10:00 a.m.  a 6:00 p.m. con una chaza roja llena de confites, chiclets y cigarrillos colgada en el pecho.
Hace varias semanas se enfermó, así que decidió consultar qué tenía con un médico particular que le cobró $25.000 por atenderla. El diagnóstico fue un fuerte virus y una infección en el oído. Este le recetó medicamentos, pero su situación económica no le permitió conseguirlos todos.
Teresa no tiene Eps y tampoco Sisbén. El poco dinero que gana lo debe utilizar para su sostenimiento. Ante este percance de salud se vio obligada a guardar reposo. “Lina, una señora que vive a tres cuadras de la pensión, me prestó una platica con la que estoy subsistiendo. Por ahora no estoy trabajando, pero con la ayuda de Dios cuando me sienta mejor voy a volver”, manifiesta. Todavía se siente frágil. Bajó mucho de peso, no sabe cuánto, pero tiene claro que su cuerpo lo refleja. “Estoy en los huesos”, señala.
El primero de octubre se conmemora el Día Internacional de las Personas Mayores, mientras que en Colombia, se celebra el 28 de agosto. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) esta fecha “es una oportunidad para poner de relieve la importante contribución de las personas mayores a la sociedad y para concienciar sobre los problemas y los retos que plantea el envejecimiento en el mundo actual”.
Una investigación de la Universidad Externado de Colombia señala que el 75 por ciento de los adultos mayores del país no recibe ninguna pensión. Hecho que demarca un futuro incierto para ellos, pues ante la escasez de recursos económicos y la imposibilidad de laborar, por su avanzada edad, surgen una serie de incertidumbres y problemáticas al respecto. A esto se le suma, que en muchas ocasiones no cuentan con el respaldo de sus familiares.
El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses señala que entre enero y agosto del año en curso se han registrado en el país 154 suicidios de personas de esta población, de los cuales 19 se registraron en Antioquia. Situación que ubica al departamento en el primer lugar a nivel nacional dentro de esta problemática.
Entrevista realizada a Alexánder Echeverri, especialista y magíster en intervención psicosocial
¿Cómo ve el papel de los adultos mayores dentro de la sociedad?
Muchas culturas tienen al adulto mayor como sinónimo de sabiduría, ya que a través de su memoria a largo plazo tienen la posibilidad de contar y remembrar toda una historia de generación en generación, como por ejemplo pasa en la cultura israelita. Muchas veces los adultos mayores son rechazados, pero aquellos que han consolidado una familia fundada en valores, respeto y unidad gozan de la compañía de sus seres queridos, sin embargo, los que no tienen fortalecidos esos lazos pueden ser abandonados.
¿Por qué cree usted que terminan los adultos mayores en un asilo?
Una de las razones es el abandono por parte de los más allegados, el cual se debe también, en ocasiones, a una repercusión dentro de la propia historia de los adultos mayores, tal vez en algún momento abandonaron su núcleo familiar. A veces las personas que tienen muchas enfermedades se convierten en un lastre, en una carga para la familia y, se vuelve insostenible, tener a alguien en esas condiciones. Por lo tanto, las familias recurren a espacios como centros geriátricos para que allí les ayuden a sus seres queridos a terminar en unas mejores condiciones la etapa de la vejez.
¿Según medicina legal el abandono y la depresión son las principales causas de suicidio dentro de esta población, qué opina usted al respecto?
Aspectos como el abandono hacen que una persona no se sienta parte de una comunidad, un espacio, una familia. Por ende, se crea un estado de soledad que no le va a permitir tener una razón o un proyecto de vida al adulto mayor. En la medida en que se sienten solos e inútiles entran en un estado de depresión que los puede llevar al suicidio. Este tipo de conductas se puede presentar en cualquier persona que sienta que no hace parte de un círculo social.
¿Qué recomendaciones les daría a las personas que tienen adultos mayores dentro de su núcleo familiar? 
Es importante hacerle sentir a los adultos mayores que son útiles. Que su sabiduría es importante. Es indispensable que estén activos, dentro de sus posibilidades. Que hagan parte de espacios con personas en sus mismas condiciones. Que se sientan apoyados y protegidos por su propia familia.
¿Qué medidas considera que deberían tomar las instituciones del Estado en cuanto a esta población?
Una de las medidas sería darle una mejor calidad de vida a estas personas, ya que existen distintos centros, por ejemplo de caridad, otros donde se les da una atención primaria: alimento, vestido, cuidados paliativos. Además hay otros que tienen una mejor cobertura, más posibilidades, pero dependen de las capacidades económicas de cada uno. A los centros precarios debe ofrecérsele un mejor acompañamiento. El Estado debe brindarle apoyo desde lo físico y lo mental a esta población. Es importante que cuenten con un buen asistencialismo, pues son personas que se convierten en dependientes de otras.
En el barrio La Floresta, al Occidente de Medellín, se encuentra el Hogar Mi Querido Viejo, una obra social fundada hace 26 años por el entonces sacerdote de la Parroquia La Inmaculada, Ernesto Villegas, quien tomó la iniciativa de velar por el bienestar de los adultos de la tercera edad, menos favorecidos del sector.
Esta obra es sostenida en su mayoría, gracias a la comunidad, la cual a través de alimentos, aportes económicos, medicamentos y elementos de aseo contribuye con esta causa. Quienes aportan al sostenimiento del lugar lo hacen dirigiéndose al despacho parroquial. Allí se reciben las ayudas y se encargan de direccionarlas para que lleguen al asilo, el cual se encuentra ubicado a una cuadra y media de distancia, aproximadamente.
“Yo llevo cuatro años llevándole medicamentos a las personas del asilo. María Eugenia Yepes es la hermana y secretaria del padre Jorge Alberto, ella es la persona encargada de recibir las ayudas. Un día tuve la oportunidad de entrar al Hogar Mi Querido Viejo y ver en qué condiciones vivían los ancianos, es un lugar muy agradable”, señala Antonio Rodríguez, habitante del sector.
Este hogar está ubicado en una casa de dos pisos. Algunos habitantes del barrio desconocen la presencia del asilo destinado a velar por aquellos que poco a poco, por diferentes circunstancias de la vida, han quedado en el olvido, pero que encuentran en el mismo espacio la posibilidad de convivir y hacer más llevadera la última etapa de la existencia.
Existen asilos públicos y privados. Algunos se sostienen gracias a la generosidad de la gente, como por ejemplo es el caso de El Hogar Mi Querido Viejo, pero hay otros, como el Refugio Santa Ana, ubicado en el barrio Calasanz, en el que se debe pagar una mensualidad por cada adulto mayor que se desee tener allí. Hay dos tarifas: $1.600.000 y $1.800.000. Se puede elegir entre pabellón general o habitaciones individuales.
Las condiciones en las que se lleva esta etapa de la vida están netamente ligadas a la situación económica que se tenga y al núcleo familiar. Se puede vivir en asilos de caridad o en hogares amplios con una gran cantidad de comodidades, todo depende de los recursos que existan de por medio.
Algunas personas, como Teresa, viven solas en una pensión, otras ni siquiera tienen un techo donde refugiarse. Esta etapa para muchos es hermosa, pero para otros es un verdadero martirio por las condiciones en las que deben sobrellevarla.
En la ciudad existen varios Centros de Vida, lugares en donde se les brinda una atención integral a los adultos mayores. La Alcaldía de Medellín tiene previsto incrementar el número de estos espacios para beneficiar así a más de 1.900 personas.
Teresa suele ir a misa a la Iglesia de la Candelaria. En Dios encontró un amparo para sobrellevar la soledad en la que vive, y en los libros, un refugio enriquecedor que nutre su ser. Tiene varios hermanos, pero hace mucho tiempo no los ve. De hecho, a Óscar Iván, uno de ellos, lo vio por última vez hace 14 años. Le duele saber que la han dejado en el olvido y que todos viven en unas buenas condiciones, al punto de tener varias propiedades.

“Hay gente de muy buen corazón que lucha  por sus papás hasta que los entierra. En cambio hay otros que los abandonan, como que les estorban ya por su edad. Sería ideal que la gente tuviera más buenos sentimientos y que no los despreciaran.”, apunta Teresa.

jueves, 1 de diciembre de 2016

El periodismo: un verdadero arte

A lo largo de los años he oído mencionar el nombre de periodistas de gran reconocimiento y trayectoria. Uno de ellos corresponde a Leila Guerriero, una argentina amante de las letras que llegó al periodismo sin haberlo estudiado, pero que se convirtió en el referente y el ejemplo a seguir de muchas personas alrededor del mundo, gracias a sus publicaciones, conferencias y posturas en torno a este.

Hecho que hace que me cuestione un poco en cuanto a la importancia de estudiarlo. Lo digo porque muchas personas como ella, lo ejercen de forma empírica, es decir, no tienen un título que los certifique como periodistas. Y me pongo a pensar en la gran cantidad de personas que ocupan un lugar, por ejemplo en los canales de televisión, y están ahí simplemente por rosca o porque físicamente cuentan con una serie de atributos que los catapultan a estar al frente de una pantalla.

Algunas reinas de belleza terminan su participación en diferentes concursos y aparecen a los pocos meses, como por arte de magia, presentando en un noticiero o en un magacine. Otras personas terminan en el periodismo gracias a su talento con las letras y se convierten en grandes del oficio.

Quienes están detrás del periodismo, tienen en sus manos una gran responsabilidad, informar de manera veraz lo que acontece. Contar de la mejor manera posible la realidad que se teje. Hacer historia a través de múltiples narraciones que permiten rememorar hechos que quedarán en la memoria de muchos.

Un texto que atrapa

Zona de obras es el único libro que he leído de Leila Guerriero. Debo decir que la lectura fue muy amena, pues me gustó mucho su estilo, el juego que hace con las palabras y la sinceridad que devela en medio de estas. Una obra que reúne conferencias, ensayos y columnas y que permite ver de cerca algunas de sus experiencias en medio del ejercicio del periodismo, y la postura que tiene frente a este.

Al periodismo le resultan muchos “apellidos”: cultural, deportivo, narrativo, económico y demás. Me parece genial que alguien se especialice en una línea en particular, aunque dicen que un buen periodista es aquel que está en condiciones de escribir sobre cualquier tema, y lo más importante, es que sepa hacerlo bien.

Particularmente, me inclino mucho por el periodismo narrativo, creo que las historias no se deben contar a secas. Hay que encontrar la armonía perfecta. Buscar la manera de que las palabras encajen meticulosamente y den rienda suelta a estas. Que sean fascinantes, que atrapen, que conmuevan, que generen algo en el lector más allá de informarlo, pero detrás de todo esto debe haber un trabajo a conciencia, una preparación que permita tener las herramientas y los elementos suficientes para poder construir un texto adecuado.

El periodismo narrativo tiene sus reglas y la principal, perogrullo dixit, es que se trata de periodismo. Eso significa que la construcción de estos textos musculosos no arranca con un brote de inspiración, ni con la ayuda del divino Buda, sino con eso que se llama reporteo o trabajo de campo, un momento previo a la escritura que incluye una serie de operaciones tales como revisar archivos y estadísticas, leer libros, buscar documentos históricos, fotos, mapas, causas judiciales, y un etcétera tan largo como la imaginación del periodista que las emprende. (Guerriero, 2015, 32).

Escribir es un arte. Creo que muchas personas pueden inmiscuirse en él y darle su propio toque, su propio tinte. Cada quien tiene su estilo, su forma de plasmar las ideas, de llevar un mensaje, de narrar un suceso.

El periodismo narrativo se construye, más que sobre el arte de hacer preguntas, sobre el arte de mirar. La forma en que la gente da órdenes, consulta un precio, llena un carro de supermercado, atiende al teléfono, elige su ropa, hace su trabajo y dispone las cosas en su casa dice, de la gente, mucho más de lo que la gente está dispuesta a decir de sí misma. (Guerriero, 2015, 34).

Si me diera a la tarea de elegir los mejores fragmentos del texto, sería un poco complicado. Creo que es un muy buen material para quienes tenemos inclinación por el periodismo. Es una obra que vale la pena, en donde los lectores se van a encontrar con muchos elementos enriquecedores. Hay muchas frases que captaron mi atención, una de ella fue: “Un periodista narrativo es un gran arquitecto de la prosa, pero es, sobre todo, alguien que tiene algo para decir”.

Bibliografía
GUERRIERO, Leila. Zona de obras. México. Editorial Anagrama S.A. 2015

viernes, 23 de septiembre de 2016


Justicia colombiana emite la condena más alta en caso de ataque con ácido



Tras dos años y medio del ataque perpetrado con ácido sulfúrico en contra de Natalia Ponce de León, la justicia colombiana decidió condenar por tentativa de homicidio agravado a Jonathan Vega Chávez, su agresor, quien tendrá que purgar una pena de 21 años, 10 meses y 15 días de prisión. Hasta ahora, es la sentencia más alta que se ha emitido en cuanto a este tipo de agresiones.

La decisión fue tomada el jueves 8 de septiembre por Jarveir de Jesús Rodríguez, juez 37 de conocimiento en Bogotá, quien lo halló responsable de la agresión, pese a que su defensa intentó demostrar que tenía trastornos psiquiátricos (esquizofrenia y trastorno bipolar). Según Rodríguez, Vega actuó conscientemente y de manera premeditada en el ataque, por lo cual deberá pagar su condena en un centro carcelario del país.

“No me parece que las sanciones de cárcel sean las que tengamos que abrazar y acoger en este país, porque todos sabemos que la cárcel no cambia a la gente, pero es interesante que exista una sanción y que sea muy fuerte, tal vez de las más fuertes que pueda haber”, señaló Ana Patricia Aristizábal Gómez, abogada y asesora en Derechos Humanos de la Personería de Medellín.

La agresión en contra de Natalia, una joven de 33 años, fue el 27 de marzo de 2014 en el norte de Bogotá. Jonathan le arrojó un litro de ácido sulfúrico en el rostro y el cuerpo, ocasionándole graves quemaduras y daños que casi le causan la muerte.

“Este tipo de ataques es una de las formas de violencia más aberrante contra las mujeres. Además que constituye una violencia de género, porque no lo hacen contra los hombres. Los agresores quieren es destruir su belleza y vanidad. Es un asunto que si se profundiza se encuentra como parte de todo este patriarcado espantoso que nos ha tocado vivir a estas generaciones”, manifestó Aristizábal Gómez.

Natalia cubrió su rostro con una máscara especial durante varios meses. Actualmente, luce sin ella. Hasta la fecha se ha sometido a más de 20 cirugías, y aún está a la espera de más procedimientos para tratar de aminorar las lesiones de su piel. Ha liderado campañas en contra de los ataques con ácido en Colombia. Creó una fundación, con la cual busca promover y proteger los derechos de las víctimas de estas agresiones y logró promover en el Congreso de la República una Ley que lleva su nombre y fue sancionada el 18 de enero de este año por el presidente de la República, Juan Manuel Santos.

“Lamentablemente en esta sociedad en la que vivimos, nuestro derecho no consagra otro castigo más fuerte que la cárcel. Escuché en los medios de comunicación que Natalia Ponce de León se siente reparada con la sanción que le están dando a Jonathan Vega. Hay que aprender a respetar los derechos de los otros. Que nadie violente a otra persona, mucho menos de esta manera”, concluyó Ana Patricia.




¿Los extranjeros estarían dispuestos a pagar un impuesto por pernoctar en Medellín?


El Medellín Convention & Visitors Bureau propuso crear un impuesto para los visitantes extranjeros que decidan hospedarse en la ciudad. Una iniciativa que será discutida en los próximos días con el sector privado, y con la cual, se busca que la ciudad crezca aún más en materia turística.
Se estima que la tarifa podría estar entre los 50 centavos de dólar y 5 dólares. Esta propuesta es respaldada por la Asociación Hotelera y Turística de Colombia (Cotelco). Se prevé que el valor del impuesto variaría de acuerdo a la categoría que tenga el hotel elegido por el visitante.
“Unos amigos me hablaron muy bien de Medellín, por eso vine. Llevo tres semanas acá. La gente es muy amable. Es un lugar fantástico, y si me toca   pagar un impuesto, lo haría”, señaló Andy Grable, turista estadounidense.
Esta propuesta, al parecer, está inspirada en otras ciudades del mundo como Barcelona y Las Vegas, lugares muy visitados en los que se cobra una tasa turística a los foráneos y que ha beneficiado a la industria hotelera.
“Los extranjeros entran y salen como si nada, porque aquí casi todo es regalado, En San Andrés un impuesto que valía $45.000 ya está en $99.000. A pesar de que subió, la gente sigue yendo. En Cuba, en Isla Margarita en muchas partes se tiene que pagar una entrada aparte, un impuesto. Acá también podrían pagar un costo adicional por venir a conocer la ciudad”, expresó Lilyana María Restrepo, ejecutiva comercial de la agencia de viajes Volare CTR Travel Holding.
“Puede ser beneficioso siempre y cuando se incremente el Producto Interno Bruto del país. Siempre y cuando los ingresos se destinen correctamente; si es solamente para enriquecer a unos cuantos, no estaría de acuerdo porque puede limitar un poco el ingreso de turistas. Ahorita en Colombia los mochileros vienen en cantidad y para ellos es más rentable visitar lugares donde no les salga muy costoso”, señaló Eliana Mejía, asesora de counter de la cadena de hoteles Decameron.
Medellín fue escogida en el 2013 como la ciudad más innovadora del mundo, gracias al concurso City of the Year, organizado por The Wall Street Journal y Citigroup, reconocimiento que ha atraído consigo más miradas hacia la ciudad y la ha convertido en el escenario de importantes eventos de talla internacional.
La ciudad registró en el 2015 un incremento del 34% en el número de visitantes internacionales, con respecto al 2014, según la Organización Mundial del Turismo. Cifras que demuestran que Medellín cada vez toma más fuerza como destino turístico.
Es común ver extranjeros en Medellín. La altura, el color de piel, el tono del cabello, la indumentaria, y el idioma, develan la presencia de estos visitantes, que por lo general, se pasean en chanclas y en bermudas por las calles de esta ciudad, que se ha convertido en el destino turístico preferido de muchos.
Algunos foráneos pasan más desapercibidos, e incluso, pueden ser catalogados a simple vista como colombianos, pero vienen procedentes de países aledaños para disfrutar de esta ciudad de renombre, ya sea por sus cosas buenas, o por las líneas que se han escrito por la violencia y el narcotráfico. Pablo Escobar parece ser un referente para muchos, al punto de querer conocer un poco más de su historia y visitar el barrio en donde fue dado de baja, quien en su momento, fue el hombre más buscado del mundo.
La infraestructura, el Sistema Integrado de Transporte, la gastronomía, el clima, el  comercio, los hoteles hacen parte de los atractivos que posee la ciudad de Medellín. Un lugar que lleva siendo catalogado por dos años seguidos como el mejor destino turístico corporativo de América Latina.
El Parque de los Pies Descalzos, La Plaza de Botero, el Jardín Botánico, el Museo de Antioquia, el Parque Explora, el Pueblito Paisa y el Parque Lleras son solo algunos de los lugares más visitados por los turistas, quienes con cámara en mano buscan retractar al máximo sus vivencias, en medio de paisajes que se tejen alrededor de las montañas que envuelven a la ciudad de Medellín.
“El impuesto que proponen me parece viable. Tiene fuerza dado que el sector hotelero no solo lo acepta, sino que también lo impulsa. Me parece bueno que se cree un fondo para internacionalizar a la ciudad. Se convierte en un círculo virtuoso a la hora de que a mayor ocupación hotelera va a ser favorable para muchos sectores”, señaló Fabio Humberto Rivera, concejal de Medellín.
Habrá que esperar qué se resuelve al respecto. En caso de ser aprobada la propuesta, los extranjeros tendrán que decidir si pagan un dinero de más por pernoctar en la Ciudad de la Eterna Primavera, o si cambian de destino turístico, por uno que les abra las puertas de par en par sin impuesto alguno.
“Estaría de acuerdo con una tarifa única, no por día. La tasa turística en caso tal de que se apruebe, no puede para nada volver más cara la hotelería de Medellín frente a otras ciudades del país”, puntualizó Rivera.

martes, 23 de agosto de 2016


El Centro de Vida Gerontológico El Raizal abrió sus puertas

Felices. Así se encuentran decenas de habitantes de la comuna 3 - Manrique de Medellín, tras la apertura del Centro de Vida Gerontológico El Raizal, ubicado en la calle 75 B # 34 - 32 Interior 5. Un espacio pensado para los adultos mayores más vulnerables de este sector de la ciudad.
Fue entregado el lunes 8 de agosto por el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez Zuluaga. Decenas de personas presenciaron la inauguración de este lugar. Se estima que cerca de 300 adultos mayores de 60 años recibirán atención integral.
El lugar cuenta con dos jornadas de lunes a viernes. La primera comienza a las 8:00 a.m. y finaliza a las 12:00 p.m. La segunda es desde la 1:00 hasta las 5:00 p.m. Cada persona inscrita en el programa decide en qué horario asiste.
Algunas personas creen que este espacio es únicamente un comedor. Sin embargo, cuando averiguan acerca del lugar se enteran de los servicios que se brindan y del tipo de personal que lo conforma: educador físico, nutricionista, psicólogo, trabajador social, gerontólogo, tecnólogo en alimentos y artistas.  
“Me inscribí con la fotocopia de la cédula. Di el número de teléfono y no me han llamado. Fui de los primeros”, señaló Álvaro Montenegro Orozco, quien esperaba el viernes 12 de agosto a las afueras del lugar para ser atendido. Mientras tanto, al interior de este espacio un grupo de personas disfrutaba de un almuerzo.
“Estoy muy contenta. Nos dan buen refrigerio. El almuerzo es muy rico. Hay actividades muy llamativas de integración”, expresó Alba Cecilia Carvajal Salazar, beneficiaria del proyecto.
En este espacio no solo hay cabida para la actividad física, también el arte es protagonista. A través de este se pueden expresar múltiples emociones y dar rienda suelta a la imaginación. Es la posibilidad de experimentar diversas sensaciones y poner a trabajar la mente por medio de ejercicios enriquecedores que alimentan el espíritu y el alma. La música se convierte en una gran aliada. Es una compañía perfecta que les alegra los días y los motiva a seguir adelante en una etapa de la vida que debería ser hermosa.
“Es una maravilla. Estoy muy contenta en este lugar. Nos atienden muy bien. Llevo tres días viniendo y todo me llama la atención”, señaló Ana Otilia Arbeláez, beneficiara, mientras esbozaba una sonrisa. Este es el primer Centro de Vida Gerontológico de Medellín. Se estima que la ciudad contará con 25 de estos lugares, los cuales beneficiarán a los habitantes de todas las comunas y corregimientos de la ciudad.
La Alcaldía de Medellín celebra en agosto el mes del adulto mayor. Hay una programación variada que incluye diversas actividades, entre ellas, una caminata deportiva denominada “A caminar se dijo”. 

miércoles, 15 de junio de 2016


El ser humano y su accionar


Hace algún tiempo me vi la película El señor de las moscas. Debo decir que solo recordaba una escena, la muerte de Piggy. Este año me leí el libro y volví a ver el filme. Confieso que la lectura fue una experiencia bastante fuerte. Me topé con muchos capítulos cargados de detalles que me generaron lástima, asco, decepción y otra gran cantidad de sensaciones.

A veces me parece increíble que una lectura pueda producir tantas reacciones. Siempre he pensado que los libros transforman de una u otra manera. Y es que cada autor plasma un poco de sí mismo y busca llevar desde la realidad o la ficción un mensaje a través de las letras. Cada lector se encarga de codificarlo y esto depende también de sus posturas y del bagaje que posee.   
 
Creo que uno siempre ama y odia a los personajes de las obras literarias. Todo depende de los actos que ejecuten a lo largo de estas. Con respecto a la lectura de El señor de las moscas, debo decir que sentí admiración y aprecio por Ralph. Un chico líder que nunca perdió las esperanzas y creyó siempre en la posibilidad de un rescate. Además, destaco que intentó poner orden en la isla a través de reglas que buscaban hacer más llevadera la convivencia.

Es de resaltar el uso de la caracola. Al principio, se convirtió en un elemento muy representativo con el que se buscó captar la atención de todos y tener acceso a la palabra durante las asambleas que se realizaron, pero con el tiempo fue perdiendo su poder.

Ralph siempre fue una persona muy justa. Me encantó su serenidad y su perseverancia. A lo largo de la novela estuve muy a favor de él y de las decisiones que tomó. Fue un niño que actuó con la madurez de un adulto y eso me sorprendió bastante a lo largo de la obra.

Quiero también destacar la participación de Piggy. Un chico que sufrió mucho en la isla, no solo por su problema visual, sino también debido a los ataques constantes que recibió del grupo liderado por Jack.

Fue el más inteligente de todos. Un verdadero amigo que no se doblegó en ningún momento y se convirtió en un gran apoyo para Ralph. Considero que es importante pensar y tomar decisiones. Creo que siempre se destacó por su creatividad y por su coherencia. Lástima que fue blanco de burlas, ataques y demás.

Me pareció muy cruel su muerte. Él estaba en un estado de indefensión porque no podía ver ni siquiera lo que estaba pasando a su alrededor y Roger se aprovechó de la condición en la que se encontraba para arrojarle una gigantesca piedra que produjo su deceso. Una escena bastante cruel que logró impactarme demasiado por la frialdad de la misma. Le cogí mucho aprecio a Piggy, un personaje que todo el tiempo me generó admiración, pero a la vez pesar.

Jack fue el personaje más maléfico. No aguantó las reglas propuestas por Ralph y decidió apartarse para convertirse en jefe. Critiqué cada uno de sus actos y, por supuesto, su pesimismo. Decía todo el tiempo que no iban a ser rescatados, mientras que Ralph opinaba lo contrario.

Sus acciones fueron sumamente violentas. Rompió las reglas. Se convirtió en un cazador que actuó con sevicia. Le robó al grupo de Ralph. Perjudicó a Piggy quitándole sus gafas. Participó en el asesinato de Simon. Se convirtió en todo un salvaje que aprovechó la ausencia de los adultos para hacer y deshacer. 

La novela nos muestra cómo el ser humano actúa en momentos de dificultad. La adversidad se convierte en un elemento importante en el que se ve el accionar de la gente. Cada persona reacciona diferente ante las circunstancias de la vida. Y claramente se observa qué pasa cuando se hacen las cosas bien, respetando a los demás, siguiendo unos parámetros; y qué pasa cuando se evaden las responsabilidades y se hace a un lado la norma.

Creo que en la sociedad se han planteado unos parámetros a seguir, pero cuando no hay nadie que regule la forma de actuar de las personas, se hace caso omiso y se actúa deliberadamente, incluso, pasando por encima de la integridad de los demás.  

Critico el comportamiento del grupo de los cazadores. Resalto el accionar de Ralph y de Piggy, porque todos estaban en las mismas condiciones. Lejos de sus seres queridos. Sucios. Con el cabello enmarañado y fueron las personas que actuaron de forma inteligente y asertiva.

El señor de las moscas nos muestra a través de las acciones de los niños, cómo el ser humano puede ser bueno, pero a la vez malo. Cómo las circunstancias supeditan a la gente.

El instinto de supervivencia es diferente en cada persona. La necesidad de subsistir provoca que muchos seres humanos pasen por encima de otros. Porque la mayoría cree que primero está el beneficio propio y después el de los demás. De ahí que exista tanto individualismo y se piense de una forma egoísta.

Aislar a un grupo de personas del resto de la sociedad tiene sus consecuencias. La búsqueda del poder genera enfrentamientos y muchas veces se intenta conseguir la victoria a como dé lugar, pero todo esto genera una serie de reacciones que, finalmente, hay que afrontar. Cada persona las asume de acuerdo a sus convicciones, a su temperamento, a sus creencias y a su formación.

Considero que detrás de cada ser humano hay cosas buenas y malas. El medio en el que las personas se desarrollan influye notoriamente en su comportamiento. La adversidad es solo una prueba del camino de la existencia que cada uno debe afrontar.


El señor de las moscas es una gran novela. Vale la pena explorar cada una de sus páginas con detenimiento y sumergirse en la historia. Una obra emotiva cargada de situaciones que generan múltiples reflexiones en torno al ser humano, desde un ámbito sociológico, político, filosófico y cultural. 

viernes, 18 de marzo de 2016


Desde las calles de mi barrio

Los años pasan y con ellos los recuerdos crecen. Al caminar por las calles de mi barrio recreo en mi mente decenas de momentos. Cuán rápido pasa el tiempo y cómo cambian las cosas a medida que este transcurre. Sigo viviendo en el mismo lugar que me vio crecer y he presenciado a lo largo de mi vida los cambios físicos que ha tenido. La iglesia y la biblioteca fueron remodeladas, el parque ha sido intervenido en varias ocasiones y la cancha de fútbol que era de arena, ahora, es sintética.

En esencia, siguen siendo los mismos espacios, solo que con otra apariencia. Algunas casas antiguas de hermosos diseños y grandes dimensiones, ya hacen parte del pasado de quienes en algún momento las divisaron o las habitaron, pues sus dueños se dejaron deslumbrar por llamativas ofertas económicas y optaron por venderlas. Estas se convirtieron en atractivos edificios que modificaron las características arquitectónicas del sector, y de paso, la capacidad habitacional.

Recuerdo cuando era niña y montaba en mi triciclo rojo, justo al frente de mi casa. También los momentos que compartí con mis amigos en medio de juegos, entre ellos, escondidijo. Confieso que corría como si fuera una atleta para ponerme a salvo en el juego y pronunciaba las mágicas palabras para salir bien librada de este: “un, dos, tres por mí”. Dicha frase la pronuncié y la escuché tantas veces que incluso siento que resuena en mis oídos.

A mi mente llegan muchas imágenes de aquella época. Recuerdo perfectamente los nombres y apellidos de aquellos infantes con los que patiné, monté en bicicleta y jugué tantas veces. Hace más de una década se cambiaron de casa y les perdí el rastro por completo. Sin embargo, cuando miro hacia la cuadra en la que compartimos tantos momentos no puedo evitar recordarlos y devolverme por unos instantes al ayer. Fue una niñez mágica en donde también hubo espacio para la familia, el estudio, los libros y el teatro.

También recuerdo las personas que se marcharon para siempre. Aquellas que emprendieron ese viaje sin regreso que a todos nos espera: la muerte.  Don Juan, el señor que vendía obleas al frente de mi casa, y doña Consuelo, la señora carismática de ojos claros que vivía en la esquina, son solo algunos de los seres con los que en algún momento compartí miradas, palabras y sonrisas.

Y es que en la vida muchas cosas son pasajeras, pero lo que permanece intacto son los recuerdos que nos permiten recrear tantas escenas e imágenes que nuestros ojos tal vez no volverán a apreciar, pero que quedarán para siempre latentes en nuestro ser.

Siento un inmenso cariño por mi barrio. Me agrada caminar por cada uno de sus senderos y ver los hermosos jardines que parecieran hacerle honor a su nombre: La Floresta. El lugar que habito, el espacio al que pertenezco. El testigo de tantas historias que danzan en mi memoria y alimento en mi corazón.  




Palabras y costumbres

Es importante entender que hay palabras que son propias y exclusivas de algunas regiones. Estas logran ser comprendidas e implementadas cuando se vive en un espacio en el que se les da un uso y un lugar dentro del lenguaje.

Si le preguntamos a una persona de Antioquia si ha escuchado la expresión llullo, probablemente diría que no. Pero si le hacemos la misma pregunta a un habitante de la región Amazónica, su respuesta sería: claro, así se le dice a un bebé. Para ellos es común, saben su significado y adicional a esto la implementan a la hora de comunicarse.

Un antioqueño podría decir que a un bebé, también se le conoce como: culicagado, una expresión que a diferencia de llullo, le es familiar. En Venezuela también utilizan la palabra culicagado, pero tiene un significado diferente. Allá la implementan para referirse a una persona miedosa.

Es decir, hay palabras que solo conocen los hablantes de ciertos lugares y es normal, esto va muy ligado a las costumbres que tienen y a la cultura en la que están inmersos. Es fundamental conocer el contexto en el que se implementan, para así tener una mejor fluidez  y comprensión cuando de hablar se trata. Enrique Bernández, señala en su texto ¿Qué son las lenguas? lo siguiente:

“Un área curiosamente problemática es el vocabulario. El diccionario ideal de una lengua debería contener todas las palabras usadas por sus hablantes, con indicaciones claras sobre el ámbito de uso: general, regional, propio de un grupo social, de un registro culto o coloquial, “malsonantes”, anticuadas, etc”. (Página 43).

Sería grandioso poder recopilar todas las expresiones existentes con sus respectivas especificaciones. Algunas se mantienen en el tiempo, otras van surgiendo, y el uso las va posicionando.

Al hacer un recorrido por los modismos de la región Amazónica nos encontramos con múltiples expresiones desconocidas que jamás hubiésemos entendido sin las definiciones de las mismas. No estamos habituados a ellas porque no las hemos escuchado y tampoco las hemos utilizado, simplemente, son expresiones coloquiales distintas a las nuestras. 




Un ser existente


Algunos creen en Dios. Otros simplemente prefieren no mencionarlo. Unos le oran y le rezan. Otros se limitan a negar su existencia. Ese ser superior amado y odiado es un misterio, no hay unas características físicas establecidas que permitan identificarlo. La verdad es que pese al escepticismo de muchos creo plenamente en él. Y es que me basta mirar ciertas cosas para pensar que solo pudo crearlas alguien superior a todos.


Detrás de la vida humana hay más que un hombre y una mujer. Hay alguien que se encargó de dar forma a la existencia, a las montañas, al cielo, al mar, a tantos elementos inexplicables, pero existentes. Es difícil hablar de un ser intangible, pero cuando veo algunas cosas, solo puedo pensar que fue él y que todo lo puede. 



viernes, 19 de febrero de 2016



Un conjunto de sensaciones cargadas de bienestar


Existe un cuestionamiento constante frente a cosas tangibles e intangibles. Un sin número de preguntas ante múltiples hechos, de los cuales emergen respuestas que muchas veces no logran saciar la curiosidad, y que por el contrario, solo traen consigo más dudas que quedan en el aire, a la espera de ser resueltas.

Muchas personas se preguntan “¿Qué es la felicidad?”, según la Real Academia Española (RAE) es un “estado de grata satisfacción espiritual y física”. Y en palabras de Aristóteles, “es aquello que acompaña a la realización del fin propio de cada ser vivo”. Múltiples son las definiciones, cada persona elige la que más le gusta o le da matices propios.

La felicidad no depende de los demás, depende de uno mismo. Es responsabilidad de cada persona ser feliz o infeliz. Todo está en la actitud, en la forma en la que se miran y se asumen las cosas, en la manera en la que se lee y se interpreta el mundo.

Colombia, es el país más feliz del planeta, según la encuesta del Barómetro Global de Felicidad, Optimismo y Esperanza en la Economía. En total se encuestaron personas de 68 naciones. Se tuvieron en cuenta 1.000 colombianos, de los cuales el 85% manifestaron ser felices. Una encuesta, con una muestra pequeña, comparada con el total de habitantes de la nación _cuarenta y siete millones_ y que por cierto, ya muchos cuestionan. Una investigación cuantitativa, limitada, que carece de profundidad y de razones, pero que nuevamente le otorga el título a esta patria.

La sangre que se derrama en el país, parece entremezclarse con sonrisas. La violencia, la desigualdad, la pobreza, los homicidios, son situaciones que afectan a gran parte de la población. Sin embargo, las ganas de salir adelante de los colombianos son una característica destacable, que ha permitido amortiguar el dolor y dibujar rostros cargados de esperanza, en muchos de ellos.

La felicidad es un conjunto de sensaciones que generan bienestar. Es despertarse y ver un amanecer. Es escuchar la canción preferida a todo volumen. Comer algo delicioso. Disfrutar de una puesta de sol atiborrada de arreboles. Compartir momentos con la familia, los amigos, los seres queridos. Es pasar a la universidad y estudiar la carrera que apasiona. Ganar un parcial. Salir a vacaciones. Cumplir las metas. Materializar los sueños. Estar en un concierto. En una paradisiaca playa, en fin. 

La felicidad es un estado, es sentirse bien, es estar a gusto con lo que somos y tenemos. Es gozar de las pequeñas cosas. Es valorar lo simple y lo majestuoso. Es poder disfrutar los sentidos, explorar la vida y gozarla al máximo