miércoles, 5 de agosto de 2015


Los intérpretes de la realidad


Los periodistas antes eran personas muy admiradas, el papel que desempeñaban los posicionaba en un lugar privilegiado y eran vistos con mucho respeto. En la actualidad aunque cumplen con un papel importante, ya no son vistos con los mismos ojos.

La profesión, también denominada por algunos oficio, ha sido devaluada y ante el uso masivo de la tecnología por parte de la sociedad, ha pasado a un segundo plano para muchos, pues cualquiera ya informa a través de la red, basta que grabe con su celular una escena particular y la cuelgue en la Internet para que en minutos le dé la vuelta al mundo y genere comentarios muchas veces enmarcados por la controversia. Sin embargo, creo que aunque cualquiera ya pueda publicar, no todos informan adecuadamente, es necesario contar con ciertas bases para poder hacerlo, aunque ya cualquiera es periodista, creo que no todos son buenos periodistas y no se puede andar creyendo todo lo que se ve.

Lo primero que deben tener claro los periodistas es que son unos intérpretes de la realidad y que una información mal suministrada puede generarle mucho daño a la sociedad. Los medios tienen un gran poder sobre el comportamiento de esta, de ahí la importancia de que estén preparados y sean conscientes de cada una de las acciones a ejecutar. Es necesario que verifiquen la información a la que acceden, es decir que sea corroborada y constatada con varias fuentes. Entender que siempre de por medio van a existir intereses que muchas veces van a motivar a las personas a la tergiversación de sus versiones con fines personales, de ahí la necesidad de dudar.

Es indispensable que reflexionen sobre la información, porque un dato mal revelado puede generar caos. Por ejemplo acusar indebidamente a un inocente de un hecho criminal es bastante delicado, puede traer consigo repercusiones incluso para toda la vida, tanto para la persona implicada como para el periodista  Deben ser precisos en cuanto a lo que dicen y entender que la palabra y la imagen tienen un poder increíble y pueden construir, pero a la vez destruir. Son armas de doble filo, depende del uso que se les dé.

Los periodistas deben hacer su trabajo a conciencia. Es indispensable que eviten a toda costa caer en la manipulación de terceros. No deben vender su dignidad por nada del mundo. Tampoco deben omitir información, mucho menos inventarla o exagerarla. Deben tomar su papel con responsabilidad y hacer las cosas de la mejor manera posible. En sus manos está ser buenos comunicadores o simples creadores y manipuladores de historias.