jueves, 1 de diciembre de 2016

El periodismo: un verdadero arte

A lo largo de los años he oído mencionar el nombre de periodistas de gran reconocimiento y trayectoria. Uno de ellos corresponde a Leila Guerriero, una argentina amante de las letras que llegó al periodismo sin haberlo estudiado, pero que se convirtió en el referente y el ejemplo a seguir de muchas personas alrededor del mundo, gracias a sus publicaciones, conferencias y posturas en torno a este.

Hecho que hace que me cuestione un poco en cuanto a la importancia de estudiarlo. Lo digo porque muchas personas como ella, lo ejercen de forma empírica, es decir, no tienen un título que los certifique como periodistas. Y me pongo a pensar en la gran cantidad de personas que ocupan un lugar, por ejemplo en los canales de televisión, y están ahí simplemente por rosca o porque físicamente cuentan con una serie de atributos que los catapultan a estar al frente de una pantalla.

Algunas reinas de belleza terminan su participación en diferentes concursos y aparecen a los pocos meses, como por arte de magia, presentando en un noticiero o en un magacine. Otras personas terminan en el periodismo gracias a su talento con las letras y se convierten en grandes del oficio.

Quienes están detrás del periodismo, tienen en sus manos una gran responsabilidad, informar de manera veraz lo que acontece. Contar de la mejor manera posible la realidad que se teje. Hacer historia a través de múltiples narraciones que permiten rememorar hechos que quedarán en la memoria de muchos.

Un texto que atrapa

Zona de obras es el único libro que he leído de Leila Guerriero. Debo decir que la lectura fue muy amena, pues me gustó mucho su estilo, el juego que hace con las palabras y la sinceridad que devela en medio de estas. Una obra que reúne conferencias, ensayos y columnas y que permite ver de cerca algunas de sus experiencias en medio del ejercicio del periodismo, y la postura que tiene frente a este.

Al periodismo le resultan muchos “apellidos”: cultural, deportivo, narrativo, económico y demás. Me parece genial que alguien se especialice en una línea en particular, aunque dicen que un buen periodista es aquel que está en condiciones de escribir sobre cualquier tema, y lo más importante, es que sepa hacerlo bien.

Particularmente, me inclino mucho por el periodismo narrativo, creo que las historias no se deben contar a secas. Hay que encontrar la armonía perfecta. Buscar la manera de que las palabras encajen meticulosamente y den rienda suelta a estas. Que sean fascinantes, que atrapen, que conmuevan, que generen algo en el lector más allá de informarlo, pero detrás de todo esto debe haber un trabajo a conciencia, una preparación que permita tener las herramientas y los elementos suficientes para poder construir un texto adecuado.

El periodismo narrativo tiene sus reglas y la principal, perogrullo dixit, es que se trata de periodismo. Eso significa que la construcción de estos textos musculosos no arranca con un brote de inspiración, ni con la ayuda del divino Buda, sino con eso que se llama reporteo o trabajo de campo, un momento previo a la escritura que incluye una serie de operaciones tales como revisar archivos y estadísticas, leer libros, buscar documentos históricos, fotos, mapas, causas judiciales, y un etcétera tan largo como la imaginación del periodista que las emprende. (Guerriero, 2015, 32).

Escribir es un arte. Creo que muchas personas pueden inmiscuirse en él y darle su propio toque, su propio tinte. Cada quien tiene su estilo, su forma de plasmar las ideas, de llevar un mensaje, de narrar un suceso.

El periodismo narrativo se construye, más que sobre el arte de hacer preguntas, sobre el arte de mirar. La forma en que la gente da órdenes, consulta un precio, llena un carro de supermercado, atiende al teléfono, elige su ropa, hace su trabajo y dispone las cosas en su casa dice, de la gente, mucho más de lo que la gente está dispuesta a decir de sí misma. (Guerriero, 2015, 34).

Si me diera a la tarea de elegir los mejores fragmentos del texto, sería un poco complicado. Creo que es un muy buen material para quienes tenemos inclinación por el periodismo. Es una obra que vale la pena, en donde los lectores se van a encontrar con muchos elementos enriquecedores. Hay muchas frases que captaron mi atención, una de ella fue: “Un periodista narrativo es un gran arquitecto de la prosa, pero es, sobre todo, alguien que tiene algo para decir”.

Bibliografía
GUERRIERO, Leila. Zona de obras. México. Editorial Anagrama S.A. 2015

No hay comentarios:

Publicar un comentario