Los intérpretes de la realidad
Los periodistas antes eran personas muy admiradas, el papel que desempeñaban los
posicionaba en un lugar privilegiado y eran vistos con mucho respeto. En la
actualidad aunque cumplen con un papel importante, ya no son vistos con los
mismos ojos.
La
profesión, también denominada por algunos oficio, ha sido devaluada y ante el
uso masivo de la tecnología por parte de la sociedad, ha pasado a un segundo
plano para muchos, pues cualquiera ya informa a través de la red, basta que
grabe con su celular una escena particular y la cuelgue en la Internet para que
en minutos le dé la vuelta al mundo y genere comentarios muchas veces
enmarcados por la controversia. Sin embargo, creo que aunque cualquiera ya
pueda publicar, no todos informan adecuadamente, es necesario contar con ciertas
bases para poder hacerlo, aunque ya cualquiera es periodista, creo que no todos
son buenos periodistas y no se puede andar creyendo todo lo que se ve.
Lo
primero que deben tener claro los periodistas es que son unos intérpretes de la
realidad y que una información mal suministrada puede generarle mucho daño a la
sociedad. Los medios tienen un gran poder sobre el comportamiento de esta, de
ahí la importancia de que estén preparados y sean conscientes de cada una de
las acciones a ejecutar. Es necesario que verifiquen la información a la que
acceden, es decir que sea corroborada y constatada con varias fuentes. Entender
que siempre de por medio van a existir intereses que muchas veces van a motivar
a las personas a la tergiversación de sus versiones con fines personales, de
ahí la necesidad de dudar.
Es
indispensable que reflexionen sobre la información, porque un dato mal revelado
puede generar caos. Por ejemplo acusar indebidamente a un inocente de un hecho
criminal es bastante delicado, puede traer consigo repercusiones incluso para
toda la vida, tanto para la persona implicada como para el periodista Deben ser precisos en cuanto a lo que dicen y
entender que la palabra y la imagen tienen un poder increíble y pueden
construir, pero a la vez destruir. Son armas de doble filo, depende del uso que
se les dé.
Los periodistas deben hacer su trabajo a conciencia. Es indispensable que eviten a toda costa caer en la manipulación de terceros.
No deben vender su dignidad por nada del mundo. Tampoco deben omitir
información, mucho menos inventarla o exagerarla. Deben tomar su papel con
responsabilidad y hacer las cosas de la mejor manera posible. En sus manos está
ser buenos comunicadores o simples creadores y manipuladores de historias.